Dios esta contigo

El verdadero éxito proviene del favor de Dios, y aquellos que caminan con él siempre verán la bendición en sus vidas.

Dios esta contigo | Génesis 21:22

En el libro de Génesis 21:22, encontramos un diálogo interesante entre Abraham y dos líderes filisteos: Abimelec y Ficol. Abimelec era el rey, mientras que Ficol dirigía el ejército. Aunque eran hombres de fuera, reconocieron algo especial en Abraham: "Dios está contigo en todo lo que haces".

Es fascinante ver cómo incluso aquellos que no comparten nuestra fe pueden reconocer la bendición y la presencia de Dios en nuestras vidas. Esta declaración de Abimelec y Ficol nos recuerda que la mano de Dios está presente en cada aspecto de nuestras vidas, incluso cuando enfrentamos desafíos o luchas. A menudo, como creyentes, deseamos que el Reino de Dios en la tierra se parezca más al reino de los hombres. Sin embargo, Jesús nos enseña que su reino es diferente, y eso implica confiar en su soberanía y reconocer su presencia en medio de nuestras circunstancias. Es esencial no subestimar las experiencias que atravesamos, ya sean pruebas, momentos difíciles o victorias.

Todo lo que vivimos es parte del plan de Dios para nosotros, y debemos reconocer su bondad en cada etapa del camino. Es interesante notar que Abimelec, un hombre que no compartía la fe de Abraham, reconoció la presencia de Dios en la vida del patriarca. Esto nos desafía a no compararnos constantemente con los demás, sino a reconocer que Dios está con nosotros en todo lo que hacemos, independientemente de cómo nos midamos con los demás. Recuerda, incluso cuando te enfrentes a personas que parecen más talentosas o exitosas que tú, Dios sigue estando contigo en todo lo que haces. Esta verdad debería inspirarte a confiar en su plan y a avanzar con confianza, sabiendo que él está obrando en tu vida.

Siempre hay lecciones que aprender y personas de las cuales escuchar. Me encanta la historia de Abraham y cómo un hombre no creyente como Abimelec reconoció la bendición que Dios había puesto sobre él. Abimelec llegó a Abraham para hacer las paces, reconociendo que Dios estaba con él en todo lo que hacía. Abraham estaba viviendo en una tierra ajena cuando Sara, su esposa, dio a luz. A pesar de las circunstancias difíciles, Abraham se movió con fe. Cuando llegaron a la tierra de Abimelec, enfrentaron una situación difícil: una peste que impedía que las mujeres concibieran. Sin embargo, gracias a la oración de Abraham, la situación cambió y las mujeres pudieron concebir.

Abraham también encontró agua excavando pozos en la tierra, algo que otros habían intentado sin éxito. Esto nos recuerda que no se trata solo de habilidades o recursos, sino del favor divino que acompaña a aquellos que caminan con Dios. Aunque otros pueden tener más recursos o habilidades aparentes, el favor de Dios marca la diferencia en todo lo que hacemos. La historia de Abraham nos enseña que no es cuestión de dinero, contactos o habilidades naturales.

El verdadero éxito proviene del favor de Dios, y aquellos que caminan con él siempre verán la bendición en sus vidas. Por eso, podemos declarar con confianza que todo lo que hagamos estará respaldado por el favor de Dios. El versículo en 1 Reyes 8:29 nos recuerda la importancia de mantener nuestros ojos abiertos a la obra de Dios en nuestras vidas. Cuando reconocemos su favor y caminamos en obediencia, podemos confiar en que él nos guiará y nos bendecirá en todo lo que emprendamos.

En el Antiguo Testamento, la presencia de Dios estaba asociada al templo y a líderes como Moisés y Josué. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, Pablo enseña en 1 Corintios 3:16 que ahora somos templos de Dios y que su Espíritu mora en nosotros. Aunque somos templos individuales, la importancia de congregarnos como iglesia también se destaca para adorar juntos al Señor. Apocalipsis 21:3 nos recuerda que Dios morará con su pueblo, indicando una presencia continua en el pasado, presente y futuro. Este concepto se ilustra en 2 Samuel 6:11, donde la bendición de Dios llega a la casa de Obed-edom por su cercanía al arca del pacto.

Esta historia nos enseña dos lecciones importantes: reconocer que todo lo que tenemos proviene de Dios y mantenernos cerca de su presencia. David, al trasladar el arca, cometió el error de no considerar la presencia de Dios en su proyecto. Esto nos insta a recordar que, aunque tengamos planes y sueños, debemos involucrar a Dios en cada paso que demos. Mantenernos cerca de su presencia nos asegura su bendición y dirección en todo lo que emprendamos.

A veces nos preguntamos: "¿Por qué considerar a Dios en nuestras acciones?" Nos sentimos seguros de nuestras habilidades y conocimientos. Sin embargo, la verdad es que el favor de Dios es crucial en todo lo que hacemos. Al orar por un enfermo, aconsejar a una pareja con problemas o pedir por necesidades en el hogar, incluir a Dios garantiza su dirección y respaldo en nuestras acciones. La historia de Obed-edom en 2 Samuel 6:11 muestra cómo la presencia del arca del pacto trajo prosperidad a su casa. David, al intentar trasladar el arca sin considerar a Dios, fracasó. Pero cuando decidió incluir a Dios, las cosas cambiaron.

La historia se repite con Isaac en Génesis 26. Aunque enfrentaba tiempos de sequía y crisis, Isaac fue prosperado al ciento por uno debido a la bendición de Dios. Esto demuestra que cuando mantenemos el arca de Dios cerca, en nuestras vidas y acciones, experimentamos su favor y bendición en todo lo que hacemos. Esta verdad nos anima a seguir confiando en Dios y declarando su bondad sobre nuestras vidas, independientemente de las circunstancias que enfrentemos.

Domingo 12 de mayo de 2024 | Predicación # 925

Anterior Siguiente