Dirección diaria
Dirección diaria | Salmos 37:23-25
Dice la hermosa palabra del Señor en el Salmo 37:23-25: "Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano. Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan." No hay nada más difícil y triste que estar perdidos, sin la dirección correcta cuando vamos a algún lugar. Qué importante es saber hacia dónde vamos.
El salmista dice: "Por Jehová son ordenados los pasos del hombre." Si cada ser humano pudiera comprender que Jesús está con nosotros todos los días para guiar nuestro camino, para darnos la dirección correcta, y las indicaciones necesarias para que nos vaya bien, siempre. Es el anhelo de Dios que a nosotros nos vaya bien, siempre. Esto no quiere decir que no habrá dificultades o procesos, pero es el deseo del Señor que prosperemos.
La Biblia dice que por Jehová son ordenados los pasos del hombre. Cada mañana nos levantamos y damos pasos hacia un lugar, hacia algo que queremos hacer. El Espíritu Santo está con nosotros para guiarnos todos los días. Pero, ¿qué sucede cuando no sabemos cuál es la dirección correcta? A menudo es porque no dedicamos un espacio diario para dirigirnos al Señor. Generalmente, tenemos un día para venir a la casa del Señor, que es el domingo. Decimos: "Los domingos voy a la casa de Dios, recibo la palabra del Señor y oro." La dirección diaria de nuestra vida va más allá de estar dentro del templo. Va más allá de decir que el Señor está en un lugar; el Señor está en todas partes y podemos recibir direcciones de Él en todo momento y lugar. Por eso el salmista dice: "Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino."
Si aprendiéramos a vivir con este pequeño verso todos los días de nuestra vida, créanme que las cosas serían diferentes. Reconozcamos que Él es quien debe aprobar nuestro camino todos los días. Nosotros no queremos vivir bajo la aprobación de nadie en nuestra naturaleza humana, pero debemos aprender a buscar y aceptar la dirección del Señor cada día de nuestras vidas. No importa la edad que tengamos, siempre buscamos nuestra propia independencia. Los seres humanos sentimos que las cosas están bien cuando nosotros podemos decidir. Sin embargo, todo hijo de Dios tiene que aprender que es necesario vivir bajo la aprobación de Dios todos los días de nuestra vida.
Me encanta cuando leemos en el proverbio que dice: "Reconócelo en todos tus caminos y Él enderezará tus pasos". Reconócelo en todos tus caminos. Hay poder cuando te puedes levantar en la mañana y decir: "Gracias, Padre. Ayúdame, Señor. Dame la fuerza, dame la sabiduría, dame la dirección. Este es el día que Tú has hecho y confío en que hoy me vas a sustentar". No se trata de nuestras necesidades materiales, sino de que simplemente necesitamos a Dios siempre. Si como hombre, mujer, joven o niño aprendes que necesitas a Dios todos los días, nunca te faltará nada, porque si lo tenemos a Él, lo tenemos todo. Él siempre encontrará la manera de suplir nuestras necesidades y acercarse a nosotros.
El versículo 24 del Salmo 37 dice: "Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová lo sostiene de la mano". Habrá momentos en los que sentimos caer, pero la Palabra nos asegura que no quedaremos postrados, porque Jehová nos sostiene de la mano. No es lo mismo caminar solo que saber que cada día alguien te sostiene de la mano. Estar sostenido por Su mano nos permite recibir Su dirección diaria. Jesús es nuestro pan diario. Pero no solo de pan vive el hombre.
En Mateo 6:8-11, la Palabra del Señor dice: "No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy". Esta oración es muy conocida, nos la enseñan desde pequeños. Pero debemos recordar que dice: "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy". Sin embargo, Jesús nos enseña a pedir el pan diario, a confiar en Dios cada día y a depender de Él constantemente. Pero Jesús dice: "No ores como aquellos, sino ora así, porque el Señor sabe de qué tienes necesidad".
Cuántas veces no podemos dar gracias por el pan de hoy porque estamos preocupados por el pan de la próxima quincena. Hermanos, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo, el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Jesús supo reconocer que era necesario acercarse a Dios diariamente para presentar nuestras necesidades, aunque el Señor ya las conoce. Nuestra relación con el Señor debe ser constante, diaria. Jesús lo dijo: "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy".
Lo primero que el Señor nos enseña es la importancia de dar gracias por el presente. Saber que si Él suplió nuestras necesidades hoy, también lo hará mañana. No vengas a la iglesia pensando: "Hoy vine porque Dios me dio para la gasolina y la salud, pero no sé qué pasará mañana". Ten la certeza de que Dios te sustentará mañana y siempre. Él quiere que estés en constante relación con Él, en comunicación diaria, reconociendo que es necesario acercarse a Él todos los días de tu vida. Todos los días necesitamos dirección y sustento. No se trata solo del alimento físico, sino de todas las fuerzas y capacidades necesarias para enfrentar nuestros compromisos. Si Dios te ha dado trabajo, también te dará la salud y las habilidades para desempeñarlo. Cada uno de nosotros debe levantarse cada mañana dispuesto a conquistar su mundo, ya sea atendiendo pacientes, clientes, o enseñando estudiantes. Necesitamos la dirección de Dios para que todo nos vaya bien.
El pueblo de Israel vivió esta experiencia. Dios los sacó de Egipto y estuvo con ellos todos los días, proveyéndoles el maná diario. Moisés recibía direcciones del Señor, y el pueblo recogía el maná cada mañana. Pero algunos intentaron guardarlo para el día siguiente, y el maná se pudrió, porque Dios quería enseñarles a depender de Él cada día. No guardes "maná" pensando en mañana; confía en que Dios proveerá diariamente. Aprendamos a depender de Dios cada día, a pedir por nuestras necesidades diarias y a confiar en que Él siempre nos sustentará. Vivamos con la certeza de que, si Dios nos ha proveído hoy, también lo hará mañana. Busquemos Su dirección y sustento cada día, y Él enderezará nuestros pasos y suplirá todas nuestras necesidades.
Él es quien aprueba nuestros caminos, hermanos. Él es quien aprueba nuestros días, nuestras bendiciones y hasta nuestras dificultades y procesos, los cuales son necesarios. Ese mismo Dios que suplió el maná todos los días es el mismo Dios que hoy nosotros alabamos, el mismo Dios que adoramos y en el que creemos. Como hijos de Dios y gente de fe, a veces sabemos que Él lo hará, pero siempre es necesario acercarnos a Él para recibir la dirección de cómo lo hará hoy.
Mira lo que dice Números 20:7-11, dice: "Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma la vara, y reúne a la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a la vista de ellos, y ella dará su agua; y les sacarás agua de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó. Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir agua de esta peña? Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación y sus bestias". El verso 8 dice: "Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a la vista de ellos, y ella dará su agua". La experiencia de Moisés para dirigir al pueblo fue difícil. Si lees el libro de Éxodo, verás todos los episodios que vivió Moisés para sacar al pueblo de la esclavitud en Egipto. En un momento, Dios le dijo a Moisés que golpeara la peña para sacar agua, pero casi 39 años después, se encuentran en el mismo episodio. Esta vez, Dios le dijo que hablara a la peña, pero Moisés, en su desesperación, golpeó la peña. Moisés, en su desesperación, golpeó la peña, pero la indicación de Dios era hablarle. Moisés, molesto, les llamó "rebeldes" y golpeó la peña. Aunque salió agua, la indicación era diferente, y Dios se molestó con Moisés. En ese episodio, Dios le dijo que no entraría en la tierra prometida porque no siguió la indicación correctamente.
Cuántas veces nos hemos levantado delante de Dios y le hemos pedido ayuda, pero no queremos escuchar lo que Él nos quiere decir. Es fundamental escuchar y seguir la dirección diaria de Dios para nuestras vidas. La experiencia y la fe deben ayudarnos a mantenernos firmes sobre la roca, pero nunca deben reemplazar la voz de Dios en nuestras vidas todos los días. Moisés, agobiado y molesto, siguió la voz del pueblo en lugar de la voz de Dios, y eso le costó caro. No permitamos que las dificultades, las pruebas o los ataques nos aparten del plan de Dios. Moisés sació la sed del pueblo, pero no lo hizo como Dios quería. Dios quiere que nos levantemos cada mañana y que enfrentemos nuestras responsabilidades con su dirección. Lo mismo le sucedió a David.
Consultó a Dios antes de enfrentarse a los filisteos, reconociendo su necesidad de la dirección divina. David era un hombre de guerra, pero su éxito no radicaba en sus habilidades o experiencia, sino en su dependencia de Dios. ¿Qué te está diciendo Dios a ti hoy? ¿Cómo debes actuar? Volvamos a hablar con él, acerquémonos a él, pidámosle dirección y entreguémonos completamente a él.
David, humilde y sencillo, nunca permitió que sus títulos y logros fueran un obstáculo para su dependencia de Dios. Tus victorias pasadas no deben impedirte confiar en Dios para lo nuevo que Él tiene preparado para ti. Incluso las batallas y procesos pasados no deberían ser un impedimento para ver la gloria de Dios en tu vida en esta temporada. David fue un ejemplo de constante búsqueda de Dios; siempre consultaba a Jehová, como nos enseña la Palabra. El enemigo viene para robar, matar y destruir, pero Dios nos promete vida en abundancia. Nos encontraremos con enemigos en diferentes ámbitos de la vida: trabajo, familia, e incluso en situaciones cotidianas como conducir por la calle. Es esencial consultar a Dios en todas las cosas.
En Josué 9, nos muestra el peligro de no hacerlo. Josué hizo una alianza con los gabaonitas sin consultar a Dios y resultó en una trampa. Los gabaonitas se presentaron ante él con engaños, y aunque los israelitas tomaron de sus provisiones, no consultaron a Jehová. Luego se dieron cuenta de que habían sido engañados, pero ya era tarde. No subestimemos el poder de la consulta a Dios; puede transformar nuestras batallas y darnos la victoria en cada situación.
¿Cuántos engañadores hay en la calle? Cuánta gente tramposa y mentirosa hay en la calle y uno dice, "estoy salado", no, usted no está salado. Usted lo que no ha buscado es la dirección de Dios. Usted tiene que aprender a buscar la dirección de Dios y evitar ese problema. Aprendamos a vivir bajo la dirección del Señor.
Dice en el Salmo 37: "Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová lo sostiene de la mano". Hoy es un día para que te decidas a vivir bajo la guianza de Dios, bajo la dirección diaria de Dios y que aprendas a involucrar a Dios en todos los minutos de tu vida.
La Biblia dice, "Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, planes de bien y no de mal, para darles un fin y una esperanza". ¿Tú quieres el respaldo de Dios? Como David lo vio, aprende a consultarle todo. ¿Qué vas a comer? ¿Dónde vas a ir, donde no vas a ir, donde te vas a estacionar, con quién vas a conversar? Todo, pónselo a Dios en sus manos y él va a ser de ti todo lo que se ha propuesto.
Domingo 19 de mayo de 2024 | Predicación # 927