El valor del ayuno
El valor del ayuno | Joel 2:12
Joel 2:12-15, dice así: “Por eso, pues ahora dice Jehová: Convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios, porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios? Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea”
Uno piensa en la artillería moderna, como drones y tanques de guerra. Sin embargo, esas no son las armas con las que peleamos contra el enemigo, porque nuestra guerra no es física ni carnal, sino espiritual. Las armas del creyente son espirituales. Pensar en el ayuno es pensar en disciplina. He aprendido la importancia de la disciplina en la búsqueda de Dios. Desde pequeño, crecí en un ambiente de búsqueda, ayuno y oración. Mi mamá estaba a cargo de las plataformas de ayuno en la iglesia de mis padres. Tomábamos un autobús desde la 24 de diciembre hasta un lugar llamado Cabuya, donde tomábamos otro transporte hasta Cabullita. Desde allí, caminábamos unos 2 kilómetros hasta la iglesia, cruzando una quebrada. Llegábamos con nuestros zapatos mojados, pero una vez en la iglesia, nos limpiábamos y nos cambiábamos.
Mamá oraba y llegaban unas 7 u 8 hermanas. Cuando la situación era muy buena, llegaban como unas 15; cuando era crítica, llegaba mi mamá, yo, una discípula más y unos dos perritos que cuidaban la casa de la hermana. Ese era el tiempo de ayuno. Mientras ellas buscaban a Dios con todo, yo me equipaba para jugar. Llevaba manzana, pera, emparedado, y jugo. Mi plan no era ayunar, sino disfrutar de mis provisiones. Esa era mi realidad como niño. Con el tiempo, comprendí que el ayuno no es la reunión más concurrida de la iglesia.
La gente puede hacer muchas cosas, pero no quiere dejar de comer. He visto que el ayuno es una reunión que no recibe el valor necesario. El ayuno es un arma espiritual poderosa. El creyente que busca a Dios a través del ayuno obtiene grandes resultados. Ayunar es sacar tiempo para Dios y hacer el sacrificio de no comer. Y todo lo que Dios recibe como una ofrenda, lo devuelve con gracia y favor. El libro de Joel nos da una lección importante sobre el ayuno.
Joel nos enseña que la única forma de recibir el juicio de Dios es ayunando con todo nuestro corazón. No podemos tomar la decisión de ayunar con medio corazón. Debemos hacerlo con total entrega. El tiempo de ayuno es un tiempo de lloro y lamento. Debemos rasgar nuestro corazón y no nuestros vestidos, convirtiéndonos a Jehová. Dios quiere todo nuestro corazón, no una parte.
¿Qué significa adorar a Dios? Cuando pensamos en el ayuno, debemos entender que el ayuno debe estar lleno de oración. No se trata de durar solo dos minutos diciendo: "Padre, te doy gracias por este día, gracias por mi familia, gracias por el desayuno...". No, el secreto de la oración es no parar. Aunque no sepas qué más decir, sigue dándole gracias a Dios y algo más vendrá a tu mente. El ayuno también debe estar lleno de la palabra de Dios. No puede ser que en tu tiempo de ayuno estés viendo las noticias. Saca tu Biblia y llénate de la palabra. El ayuno no es una dieta para rebajar, no es para mantenerte en forma. El ayuno es un tiempo especial separado para Dios.
Jesús en Mateo 6:16 nos enseña sobre el ayuno: "Cuando ayunéis, no seáis austeros como los hipócritas...". Jesús no nos da una opción, es una afirmación de que debemos hacerlo. No hay una segunda opción para el ayuno. Aquí van algunas razones para ayunar:
- Ayunamos para saber la voluntad de Dios: A veces tenemos que tomar decisiones y no estamos seguros. Es importante buscar a Dios no solo en decisiones de vida o muerte, sino en todas las decisiones de nuestra vida. Por ejemplo, hay que buscar a Dios para saber si es su voluntad que te cases con una persona. Si llevas 15 años viviendo con alguien y tienen hijos juntos, ya conoces la voluntad de Dios: cásate y ordena tu vida.
- Para tener claridad en nuestras decisiones: No solo en decisiones críticas, sino en todas las áreas de nuestra vida. Si eres joven y no sabes con quién casarte, busca a Dios en ayuno y oración. La Biblia no te dirá específicamente con quién casarte, pero a través del ayuno, Dios puede revelarte su voluntad.
Hay momentos en la vida en los que debemos buscar a Dios de manera profunda y sincera. Uno de estos momentos es cuando enfrentamos decisiones importantes o nuevas misiones en nuestra vida. Reflexionando sobre esto, recuerdo un momento significativo en mi vida. En 2007, decidí que me casaría con mi esposa. Este no fue un acto impulsivo; fue una decisión respaldada por la oración y la búsqueda de la voluntad de Dios. Mi esposa también buscó la guía de Dios en este asunto. En lugar de simplemente hablar con su madre, decidió orar y pedir la dirección del Señor.
Ella siempre me ha contado cómo sintió que Dios le decía que no pospusiera nuestra unión. Aunque quizás lo expresé con mis propias palabras, la esencia es la misma: cuando Dios habla, es crucial escuchar y actuar en consecuencia. No siempre encontramos respuestas claras en las Escrituras para cada decisión específica que enfrentamos. A veces, es necesario ayunar y orar para discernir la voluntad de Dios. Por ejemplo, Jesús, antes de comenzar su ministerio, pasó 40 días en el desierto ayunando. Él sabía que necesitaba la fortaleza y la dirección de Dios para lo que estaba por venir.
Cuando mi padre y yo estábamos buscando un lugar para nuestra iglesia, él me dijo que yo sería el encargado de dirigirla. Aunque inicialmente me resistí, creyendo que no estaba llamado a ser pastor, comencé a orar y ayunar, pidiendo la dirección de Dios. Finalmente, en un momento de oración, escuché claramente la voz de Dios guiándome hacia Panamá Oeste. Este fue un recordatorio poderoso de que en cada nueva misión o etapa de la vida, es esencial buscar a Dios con todo el corazón.
- Otra razón fundamental para ayunar es humillarnos delante de Dios: La Biblia nos dice en 2 Crónicas 7:14, "Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra." Este versículo nos recuerda que la humildad y la búsqueda sincera de Dios son claves para recibir su perdón y sanidad. Ayunar no es solo una práctica religiosa; es una forma de mostrar nuestra dependencia total de Dios y nuestra disposición a buscar su guía en cada aspecto de nuestra vida. Ya sea para tomar decisiones importantes, comenzar nuevas misiones o simplemente humillarnos ante Él, el ayuno y la oración son herramientas poderosas para fortalecer nuestra relación con Dios y recibir su dirección y bendiciones.
Y llega la voz del enemigo, susurrando: "Recuerda cuando ganaste $10,000 en aquella oportunidad, ¿verdad? ¡Bendiciones del cielo!". Y sí, hubo un tiempo en que me encontré con $3000 inesperados, invitaba a mis amigos y gastaba sin restricciones. Qué tristeza cuando no hay límites, ¿verdad? Aunque fue emocionante tener finanzas sin restricciones, ahora me encuentro con limitaciones. Es hora de humillar esos pensamientos negativos, de someterlos ante Dios y no permitirles tomar control. Humillémonos ante el Señor.
Ahora, otro punto a considerar: ayunamos para arrepentirnos de nuestros pecados.
Recuerdo las palabras de Joel: "Convertíos a mí con todo vuestro corazón". ¿Nos hemos entregado por completo a Dios? ¿Hemos buscado su perdón con toda nuestra alma? Durante el ayuno, podemos pedir perdón por los pecados que ni siquiera reconocemos, por las palabras hirientes o por los momentos de ira hacia los demás. Dios nos llama a humillarnos, a reconocer nuestras faltas y buscar su perdón sincero. Además, ayunamos para expulsar los demonios que acechan a nuestras familias y comunidades. En los lugares más oscuros, donde habitan los poderes malignos, el ayuno y la oración tienen un poder único para liberarnos.
Jesús enseñó que ciertos tipos de demonios solo pueden ser vencidos con ayuno y oración. ¿Quieres ver la mano de Dios en tu familia? Ayuna y ora con fervor. También ayunamos para mantener el control sobre nuestro cuerpo, mente y emociones. Como dijo Pablo: "Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna". Muchos luchan por encontrar paz en sus emociones o por ejercer control sobre sus familias. No puede ser que la comida te domine, ni tampoco el televisor. Por ningún motivo la ira o los celos deben dominarte. Tenemos que ayunar porque debilita la carne. Salmo 109:24. "Mis rodillas se están debilitando". Y cuando tu cuerpo es débil, entonces tu espíritu es fuerte.
También ayunamos para que Dios nos dé gracia delante de personas importantes y de autoridades. Otro motivo por el cual ayunamos es para sanarnos de cualquier dolencia física. La ciencia ha demostrado los beneficios del ayuno para la salud física y mental. Si buscamos a Dios en ayuno y oración, estoy seguro de que Él puede sanarnos.
Domingo 28 de abril de 2024 | Predicación # 921