En la vida nosotros vamos a: cosechar lo que sembramos, cosechar más tarde lo que sembramos y cosechar más de lo que sembramos.
PUNTO 1: SIEMBRA Y COSECHA
Jueces 9:56 (RVR-60)
56 Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre, matando a sus setenta hermanos.
Esta joven es el mejor ejemplo para pensar en nuestras siembras. Siendo hijo de un gran hombre llamado Gedeón, se levanto con un corazón lleno de envidia de sus hermanos.
La cosecha es el pago de nuestra siembra. Todo aquello que sembramos es lo que un día vamos a cosechar.
PUNTO 2: SEMBRAMOS DESDE PEQUEÑOS
2 Crónicas 26:3-5 (RVR-609
3 De dieciséis años era Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén.
4 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho Amasías su padre.
5 Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.
Este rey tomó la mejor desición, hacer lo recto delante de los ojos de Jehová. Busquemos a Dios hasta que Dios se encuentre con nosotros.
Lo mejor es que desde la juventud le sirvamos a Dios, enseñemosle a nuestros hijos que pasar la vida entera al servicio del Señor es un privilegio. Cuando lleguemos a adultos no dejemos de sembrar bien.
¡A cualquier edad podemos buscar a Dios!
PUNTO 3: MEJORA TU SEMILLA
Gálatas 6:7 (RVR-60)
7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
No usamos cualquier semilla cuando esperamos una buena cosecha, usamos la mejor. Nosotros tenemos la mejor semilla para sembrar que es la palabra de Dios, semilla que crece en el alma y nos bendice.
Semillas que podemos sembrar:
➡ Palabras de bendición :Proverbios 18:21 (RVR-60)
➡ Amor: 1 Corintios 16:14 (RVR-60)
➡ Generosidad: 2 Corintios 9:6 (RVR-60)
PUNTO 4: CUIDA LA COSECHA
Juan 6:12-13 (RVR-60)
12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.
13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.
Jesús era un muy buen administrador, hizo un milagro de multiplicación y aun así cuido las sobras. Él tomó a sus discípulos y les enseño este principio de vida.
Cuando Dios nos permite recibir el fruto de la siembra, cuidemos la cosecha.