Filipenses 2:5-9 (RVR-60)
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
La cruz es uno de los símbolos más conocidos en diferentes partes del mundo, y pasó a ser uno de los símbolos del cristianismo y de la salvación porque allí murió Jesús por la humanidad.
PUNTO 1: EN UNA CRUZ
Filipenses 2:5-9 (RVR-60)
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
Dios no quiere que las personas se pierdan, por esta razón, entregó a su hijo a morir en una cruz. Cuando le recibimos como nuestro salvador y nos convertimos a él todos somos libres de nuestros pecados.
¡No rechacemos a Jesús!
PUNTO 2: LA CRUZ ES MUY AMPLIA
Isaías 53:6 (RVR-60)
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
La cruz es amplia: La cruz se extiende a todo el mundo por esa razón muchos pueden recibir la palabra.
La cruz es eterna: nunca se acaba, y la única manera de recibir la vida que da Jesús es a través de la cruz.
La cruz llega hasta el trono de Dios: la cruz nos lleva ante su presencia y es donde nuestra carne debe permanecer para que podamos vivir una vida espiritual.
¡No podemos vivir un cristianismo sin la cruz!
PUNTO 3: SUFRIENDO EN LA CRUZ
Mateo 27:46 (RVR-60)
46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Todo lo que paso Jesús fue difícil pero el momento más duro y de mayor sufrimiento fue cuando exclamó “Dios mio, Dios mio, ¿por qué me has desamparado? Uno entiende la muerte de Cristo, cuando aprende que Dios es Santo y que solo en su muerte, por primera vez vino una sombra que separa a el Hijo con su Padre; y es que su hijo en ese momento estaba cargando todo el pecado de la humanidad.
¡Jesús sufrió por ti y por mi!
Y estas son Palabras de Vida Eterna West, para usted. Pastor Alejandro Aguirre.